miércoles, 3 de noviembre de 2010

¡Dale de comer a los tesauritos!


¿No te da nada? ¿No te entra remordimiento? ¡Qué te costará! Ya ves. Por un par de segundos que le dediques no vas a perder mucho. Es más, apuesto a que ganas. Siempre es gratificante alimentar a unos animalillos. No me importa cuál sea tu motivación; te guste cómo se comportan los animales o te de placer ver moverse cosas por tu pantalla, dales de comer. Pincha. Otra vez más, no seas rata. Aliméntalos con un poco de comida y un mucho de cariño al hacerlo. Sé que sabes que tu acción no tiene ninguna repercusión para unos animales que en realidad no lo son, no están vivos, pero aún así te apetece echarles un poquito de lo que sea que coman. ¡Admítelo! Te gusta; al menos un poco. ¿Ves? Lo sabía, lo has reconocido. Lo has hecho y no te ha sido indiferente. Algo, aunque esté muy escondido tras una barrera de conexiones de neuronas, se reconforta haciendo un bien, aunque sea en intención más que en repercusión.

Dicen que decía el Bhagavad-Gita que las cosas se hacen por sí mismas y no por sus frutos. Disfruto haciendo el bien; tú también. Me reconforta. Me siento útil, pero no es eso. Siento que esto tan grande tiene un orden, que las piezas encajan, pero no es eso. Una sensación de que lo malo -lo llames injusto, cruel o vida- tiene arreglo: esperanza. Pero seguramente tampoco sea eso. Me llena; quizás eso sí, sea eso. Hasta hacer el bien tiene sus trucos para engancharte.

Aviso a viajeros. No yo, lo hizo San Pablo. Hacemos el mal que no queremos y no hacemos el bien que queremos. Para hacer el bien también hay que saber. Para no hacerlo no hay que hacer nada. Ten cuidado con tu inactividad, son males en potencia. Este imaginario en que vivimos te ha hecho leer la frase recién escrita como una reprimenda; que no sea así. Que sea, por extraño que parezca, una liberación. ¿No te lo crees? A mis compañeros de viaje: la ironía de que la cruz no es solo imposición, sino liberación, no es tan fantasiosa, creedme. A mis compañeros de viaje cuya brújula es la cruz: la ironía de que el reino de los cielos comienza aquí es más real que la cruz sea liberación. Quien tenga oídos que lo oiga, pero de su Palabra, no de la mía.

Tú, por ahora, hazme un favor. Tómatelo como un regalo. Dale de comer a los tesauritos. Primero, lleva pan allí donde no lo hay. Es el principio de una bendición. La segunda parte necesita de la primera.

3 comentarios:

  1. Te quemas Jesús, my friend. !Te quemas! :D

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  2. Muy profunda esta entrada Jesús, necesitará de ... cierta charla. Intentaré vivir un poco con la enseñanza o renmemoración de esta noche en que te leo.

    Que a pesar de que sea noche, si la cruz es liberación, no creo que me ocurra nada por leer rodeado de tiniebla y oscuridad. Siempre tengo una bombilla encendida en mi cuarto, sea la de mi mesa o sea la de mi router.

    Le he dado de comer a los tesauritos, pero ya van muchas veces y no todas las he hecho por el mero hecho de hacerlo, como por ejemplo hace una semana. A veces he pedido un bien cuando lo he hecho, creeme, les echo de comer para que escribas, estas profundidades insondables, casi, de tu yo interior, de tu concepción del mundo tan victorios, inspiradora como esperanzadora.

    Gracias

    Un abrazo

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  3. El tesaurito gris no parece tener hambre :s

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