jueves, 30 de diciembre de 2010

Acaban de cerrar un medio

Como suele ser común en los españoles, no nos damos cuenta de la valía de alguien hasta que muere. Nos dan vidilla los obituarios. Ahora se me antoja CNN+ como uno de esos medios de los que ya no quedan. Un medio con una gran valía periodística; un medio que sin ser heroico aún honraba magistralmente a la profesión de la mejor forma posible: practicando un buen periodismo. Hoy día deshonor es lo menos ofensivo dentro de lo certero que se le puede achacar a los medios de comunicación. Desde ahí se abre un vasto campo para un rosario de etiquetas que rozan –o clavan- el insulto.

No me es común un discurso tan negativo. No suelo manejar en mis reflexiones la variable catastrofista. Pero hay momentos en que la sangre hierve por moral y el estómago avisa por lo material. Estamos ante una caída de nuestros referentes, los últimos que van quedando. Estamos ante una prostitución de nuestra profesión que nunca se ha reducido a lo laboral si se ha entendido bien. El periodismo agoniza tras ser continuamente violado. Y lo peor es que su voz no chilla. Callamos.

Una facultad de periodismo que paraliza las clases para facilitar el buen uso de las asambleas, voz de los alumnos, y a la que van cuatro gatos, con la literalidad solo rota por la metáfora con los felinos. Una situación insostenible e inviable con pilares hechos de la misma piedra: falta de compromiso.

No me acerco a posturas revolucionarias, pero cada vez dan más ganas de atender unas llamadas a la coherencia y al compromiso que brotan como pequeñas epifanías. Soltar la mochila, echar a un lado la estructura metálica que se cree arte de la entrada de la facultad, montarse en el atril y gritar a todo el que pase que somos unos gilipollas. No entiendo cómo podemos ser tan inmaduros y faltos de sentido. Cómo podemos insultar y acribillar de esta forma el sentido de UNIVERSITARIO. Cómo nos conformamos con estar en un ciclo formativo de cinco años para utilizar la facultad y aprobar asignaturas. Cómo podemos -los que queríamos ser trabajadores por la libertad y la igualdad, que no se pueden dar sin información veraz- callar y tragar.

Mi postura de años atrás me impide utilizar el término dictadura para la situación en la que vivimos. Pero el camino está marcado y no nos podemos salir de los límites. Las naciones no tienen soberanía más que la permitida y las políticas –lejos del gobierno de la polis, lejos de su capacidad para liberar a los ciudadanos- están preconcebidas. Los demás instrumentos carecen de potencial; no por ellos mismos, sino porque no hay quien los potencie. Nos han atontado.

Me sorprendo. Me tacharía yo mismo de radical y catastrofista. Pero no es viable. Es homicida. Algo hay que hacer.

De todas formas, los obituarios –al menos los latinos- siempre exageran el objeto de su discurso. No todos son momentos históricos por muy épico que se pregonen. Esto puede ser sólo una pequeña anécdota. A rey muerto, rey puesto. La emisión que ahora ocupa la frecuencia de CNN+ es Gran Hermano 24 horas.